EEUU bajo fuego

 

Por cada 10 personas, hay 9 armas en EEUU

La Carta de los Derechos de los Estados Unidos, aprobada el 15 de diciembre de 1791, estableció las primeras 10 enmiendas a la Constitución. La segunda de ellas dicta:

“Siendo necesaria una Milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar Armas, no será infringido.”

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La flexibilidad estatal para que los civiles accedan a las armas -y lo que supondría también la conformación de milicias paramilitares- ha sido ratificada por la Corte Suprema de los Estados Unidos en la contemporaneidad.

El 26 de junio del 2008 hubo un primer pronunciamiento cuando el máximo tribunal declaró inconstitucional “una ley vigente desde 1976 (…) en la ciudad de Washington, distrito de Columbia, que prohibía la venta y posesión de armas de fuego”. Luego, en el 2016, se ratificó la decisión al ser consultados sobre una serie de leyes similares, entonces vigentes en Chicago.

Se calcula que en el mundo se fabrican cada año 8 millones de armas pequeñas nuevas y hasta 15 mil millones de cartuchos de munición. El estudio sobre armas pequeñas y ligeras que realizó Small Arms Survey hace una década, es el más reciente sobre la materia. Entonces se estimaba que de las 875 millones de armas en el mundo, tres cuartas partes estaban en manos de civiles. El 48% en hogares estadounidenses. En Estados Unidos por cada 10 personas hay 9 armas en la calle: es la proporción más alta del planeta.

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La Guerra intestina es peor que la mundial

Nicholas Kristof, columnista del New York Timesasegura que la cifra de estadounidenses que han fallecido por violencia de armas de fuego, incluyendo suicidios, ha superado el global de los fallecidos en guerras.

Desde la guerra de Independencia, pasando por todos los conflictos bélicos declarados hasta el 2015, habían caído en combate 1 millón 396 mil 733 estadounidenses. Desde 1968 hasta el 2015, los datos indicaban que el número de estadounidenses muertos por armas de fuego ascendía a 1 millón 516 mil 863.

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La Campaña Brady denuncia que la violencia armada es un problema de salud pública en los Estados Unidos. Estiman que un promedio de 315 personas reciben disparos diariamente en asesinatos, asaltos, suicidios e intentos de suicidio, tiroteos involuntarios e intervención policial. De ellas 93 mueren. Esto supone que en un año más de 30 mil personas fallecen por armas.

Everytown for Gun Safety, una organización dedicada al estudio de la violencia armada en Estados Unidos, difunde datos similares y se basa en el Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EEUU para denunciar que “en un día normal, 96 estadounidenses mueren por la acción de armas de fuego,” ya sea en homicidios, accidentes, suicidios o en casos sin esclarecer. De ellos, siete son menores de 19 años. La población más vulnerable son los hombres afroestadounidenses que representan casi el 50% de las víctimas de homicidio por armas de fuego. El 62% de las muertes por armas de fuego en los Estados Unidos son suicidios. La tasa anual asciende a los 21 mil.

Una tercera organización Gun Violence Archive, muestra que en el mes y medio que lleva 2018, se han registrado al menos 7 mil 302 incidentes con armas de fuego en Estados Unidos. La cifra no contempla los suicidios. Este año han fallecido en ese país 2021 personas por violencia armada (revisar cifras antes de grabar). En el mismo período, 3 mil 472 personas han resultado heridas por disparos. A la fecha, suman 34 tiroteos masivos, un término que si bien no es técnico se ha adoptado para definir a la acción armada en la que son asesinadas al azar cuatro o más personas sin contar al tirador. Aunque Estados Unidos representa el 4.4% la población mundial, en el territorio se ejecutan el 31% de tiroteos masivos.

Incidentes en 2018
La cifra de incidentes en EEUU se incrementa cada día. Para el momento que hicimos la versión audiovisual de A un click, la organización había registrado 7 mil 302 incidentes con armas de fuego en Estados Unidos, 2021 fallecidas personas por violencia armada y  3 mil 472 personas heridas por disparos. Al momento de transcribir el contenido mostrado, para ofrecerlo en este blog, la cifra se incrementó. En el mapa que muestran a esta hora, y que hemos capturado para el contenido WEB, se contabilizan 7.658 incidentes con armas, 2111 fallecidos y 3603 heridos.

Desde el año 2012, cuando Adam Lanza disparó contra decenas de personas en la Escuela Primaria de Sandy Hook, en Connecticut, y asesinó a 20 niños y 7 adultos, incluida su propia madre, se cuentan más de mil 607 tiroteos masivos (ocurridos no sólo en escuelas) que costaron la vida a mil 846 personas, mientras que otras 6 mil 459 resultaron heridas.

Everytown for Gun Safety, ha constatado desde el año 2013, 290 tiroteos escolares en Estados Unidos, un promedio de aproximadamente uno por semana.

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La Masacre en la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas

El día miércoles, en uno de los tiroteos más sangrientos en la historia de los Estados Unidos murieron 17 personas y otras 15 resultaron heridas. David Brooks, corresponsal de la Jornada en Washington, explica que por el número de víctimas, esta tragedia se ubica “entre los 10 tiroteos masivos más letales en la historia moderna del país”.

La masacre ocurrió en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas. Fue el décimo octavo tiroteo escolar en lo que va de 2018.

Hace un año, Nikolas Cruz, de 19 años, fue expulsado de la escuela Marjory Stoneman Douglas. Tres días después, compró legalmente un rifle semiautomático tipo AR-15. El pasado día de San Valentín, activó la alarma contra incendios de la escuela y aprovechó que la gente cumplía con los protocolos de seguridad ante un potencial siniestro para llevar a cabo su matanza. Después de descargar el arma en la escuela, se mezcló entre el grupo de estudiantes que corrían para resguardar sus vidas. El joven fue capturado, esa misma tarde.

Vestía una camisa con el logo Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva Juvenil del Ejército, un programa de tiro subvencionado por la Fundación de la Asociación Nacional del Rifle. El asesino confesó el crimen. Tan sólo tres días después de la masacre, en ese mismo estado se celebró una feria de armas.

Los estadounidenses las prefieren AR-15

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Captura de RT

Según la Asociación Nacional del Rifle la AR15 es el arma más popular en los Estados Unidos. Se estima que entre los años 2011 y 2016, se vendieron más de un millón y medio de AR-15 a civiles estadounidenses. También es el arma predilecta de los tiradores de las matanzas colectivas.

En octubre del 2017, Stephen Paddock asesinó a 58 personas y dejó más de 500 heridos. Disparó desde una habitación del hotel Mandalay Bay de las Vegas, lugar en el que se hallaron varios AR-15. Fue el arma elegida por Omar Mateen para matar a 49 personas en el club nocturno Pulse, en Orlando, Florida. En la mencionada masacre de Sandy Hook, Adam Lanza escogió el mismo fusil. James Holmes, autor de la masacre del Cine Aurora portaba una AR15 cuando asesinó a una docena de personas. Lejos de traer mala prensa, los reportes indican un incremento de ventas tras varias de las masacres.

Nikolas Cruz seleccionó el arma a sabiendas de sus capacidades. Presumía en redes sociales de sus conocimientos sobre la materia.

Según El Miami Herald, el homicida ya había sido denunciado ante el FBI. En el mes de septiembre escribió en Youtube un comentario en el que decía que quería «ser un tirador escolar profesional». Bajo el nombre de usuario «nikolas cruz», el entonces desconocido asesino confesó. Pero el FBI asegura que no pudieron “identificar al usuario detrás del comentario”.

CNN dice estar tras la pista de un grupo privado de Instagram del que hacía parte Cruz y que se cohesionaba por la ideología fascista. Según la cadena de noticias, Cruz escribió que él odiaba a «judíos, negros e inmigrantes», manifestaba abierto desprecio por los homosexuales y las mujeres blancas que mantienen relaciones interraciales. Llamó también la atención de la prensa que en su perfil de Instagram el joven se mostrara portando una gorra con el lema de la campaña presidencial Make America Great Again.

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El presidente Donald Trump, al enterarse de la tragedia, pidió que se reforzara la vigilancia en las escuelas:

«[Había] muchos signos de que el tirador de Florida estaba mentalmente desequilibrado y que había sido expulsado de la escuela por un comportamiento malo y errático. Vecinos y compañeros de clase sabían que era un gran problema. Hay que reportar siempre estos casos a las autoridades, una y otra vez”.

La Psicopatía, según Trump

El Presidente parece estar mal informado. El FBI admitió que “una persona cercana a Cruz los contactó el pasado 5 de febrero y avisó de su deseo «de matar gente, de su comportamiento errático y de sus perturbadoras publicaciones en redes sociales, además de sus intenciones potenciales de llevar a cabo un tiroteo en una escuela»”.

Otros republicanos, han continuado bajo la línea de Trump, culpando de los disparos a la comunidad víctima por no informar de las «señales de advertencia”. Esas señales no fueron advertidas en el campo de tiros financiado por la Asociación Nacional del Rifle donde Cruz se convirtió en un destacado tirador. Las “señales” tampoco fueron visibles por los que le vendieron el arma. Y muchos «verdes» perturban la visión de las señales en el Partido Republicano es el principal receptor de fondos de la Asociación del Rifle de Estados Unidos. Marco Rubio es el consentido de la organización.

La Asociación de Salud Pública de los Estados Unidos realizó una investigación sobre la posesión de armas y las tasas de homicidio por armas de fuego en ese país. Tomaron como período de estudio los 29 años comprendidos entre 1981 y el 2010. Determinaron que “los estados con mayores índices de posesión de armas tenían un número desproporcionadamente alto de muertes por homicidios.” A la inversa, los estados que cuentan con legislaciones más estrictas en cuanto al control de armas tienen menos víctimas.

La Asociación Nacional del rifle es el lobby más poderoso de Estados Unidos. Invirtió 35 millones de dólares en la campaña de Trump. En una convención de la organización en el 2017, el presidente les agradeció: «Ustedes lo hicieron por mí, y lo haré por ustedes. Nunca los defraudaré”. El magnate no pierde oportunidad a la hora de hacer catecismo de la segunda enmienda y, alegar, la “necesidad” de sentirse seguro”.

NOTA AL MARGEN: Al día siguiente de la emisión de la versión audiovisual de A un click, transmitida en Venezolana de TV, el Presidente Trump dijo que «los profesores tendrían un permiso especial y la escuela ya no sería una zona libre de armas de la que puedan aprovecharse los maníacos». Debido al revuelo mediático causado por sus palabras, el día siguiente tuiteó profundizando en su propuesta. El Presidente prefiere armar a los maestros «expertos» (con entrenamiento militar) para solucionar los tiroteos en las escuelas. Ni se le ocurre controlar la tenencia de armas. Es decir, antes que dar soluciones prefiere cambiar el sujeto en los titulares.

Estudios han determinado que poseer un arma se ha relacionado con un mayor riesgo de homicidio, suicidio y muerte accidental. Por cada vez que se usa un arma en autodefensa en el hogar, hay 7 asaltos o asesinatos, 11 intentos de suicidio y 4 accidentes con armas de fuego dentro o alrededor de una casa. Se estima que 50 mujeres son asesinadas por sus parejas mensualmente en Estados Unidos. Un registro verificado por USAToday, en el que se analizan los datos de asesinatos múltiples difundidos en medios de comunicación sugiere que el 57% de las víctimas entre el 2006 y el 2014 conocía a sus asesinos aunque no fuera el objetivo principal y que una de cada 4 víctimas eran familiares cercanos.

La atmósfera de crimen y violencia en Estados Unidos ha sido la base de la retórica xenófoba de Donald Trump desde su candidatura presidencial y en el ejercicio de sus funciones como presidente. Un caso emblemático podemos extraerlo de su campaña, cuando el multimillonario acusó a un inmigrante de muerte de Kathryn Steinle y el señalado resultó ser inocente. El presidente sostuvo su hipótesis y calificó de “vergonzoso”: “No es de extrañar que la gente de nuestro país esté tan enfadada con la inmigración ilegal”, trinó.

Richard Florida en la publicación La Geografía de la muerte por armas, demuestra que “los estados con más inmigrantes tienen niveles más bajos de muertes relacionadas con armas de fuego”. Coincide con éste criterio el informe del Consejo Americano de Inmigración, emitido en 2015, que determinó que «los inmigrantes son menos propensos a cometer crímenes graves o estar tras las rejas que los nativos y que las altas tasas de inmigración están asociadas con menores índices de delitos violentos y robos.»

El joven asesino de Florida, al no tratarse de un inmigrante o de un musulmán, recibió rápido alegato apelando a la locura. El primero en sugerirlo fue el propio presidente que se aprestó para atribuir el incidente a los problemas mentales del sospechoso, y no a la falta de leyes y controles sobre las armas. Un comentarista de televisión reclamaba con ironía: “¿si el tirador fuese mexicano, o fuese musulmán cuántas leyes y cuánto dinero gastaríamos para detener la locura? Pero ya que casi siempre se trata de un chico blanco, simplemente no hay nada que podamos hacer”.

¿Querrán? ¿Podrán? Según Mother Jones, con la cantidad de millones de armas de fuego particulares la situación es casi irreversible.

“Si fantasea con ciudadanos armados con rifles que se enfrentan al gobierno, se sentirá tranquilo sabiendo que los aproximadamente 70 a 80 millones de propietarios de armas de los Estados Unidos ya han superado a los federales y policías por un factor de 79 a 1.”

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